El mal funcionamiento de un vehículo en plena calle o carretera es un escenario estresante que muchos conductores han experimentado al menos una vez en su vida. Mientras que algunas averías menores pueden ser solucionadas en el lugar, otras definitivamente requieren la intervención de una grúa para evitar daños mayores o peligros en la vía.
En esta guía, revisaremos las cinco fallas más comunes que obligan a los conductores a solicitar una grúa y a dejar su vehículo en manos de profesionales, así que si tienes miedo a los altos costos de un rescate de una empresa de grúas, considera que quizás descartar el servicio puede llevarte a costos mayores y en estos casos, es mejor considerar un servicio profesional como primera opción.
1. Fallo de la batería
Un problema clásico que muchas veces pasa desapercibido es el fallo de la batería. Aunque algunas veces puede solucionarse con un arranque rápido usando cables, hay situaciones en las que la batería ha llegado al final de su vida útil o presenta un fallo mayor, por lo que un arranque no es suficiente.
En estos casos, cuando el vehículo simplemente no responde ni siquiera a intentos de arranque, lo más seguro es llamar a una grúa. Continuar tratando de forzar el arranque puede dañar otros componentes eléctricos o el sistema de encendido del auto. En Chile, especialmente en las mañanas frías, las baterías son propensas a descargarse, lo que incrementa la necesidad de contar con un servicio de grúa para trasladar el vehículo a un taller o para cambiar la batería.
El uso intensivo de sistemas eléctricos en el auto, como luces, aire acondicionado o el sistema de sonido, mientras el motor está apagado, también es una causa común de descarga total de la batería. Esto puede dejar al vehículo completamente inmovilizado, sin capacidad de encenderse.
2. Sobrecalentamiento del motor
El sobrecalentamiento del motor es una situación grave que requiere atención inmediata y casi siempre justifica la intervención de una grúa. Este problema puede ser causado por diversas razones: fuga en el radiador, falla en la bomba de agua, problemas en el termostato o niveles bajos de refrigerante.
Cuando el motor se sobrecalienta, lo primero que notarás es el indicador de temperatura en el tablero, que subirá rápidamente. También puede haber vapor o humo saliendo del capó. En estos casos, lo peor que puedes hacer es seguir conduciendo, ya que esto puede llevar a un daño irreparable en el motor, lo que multiplicará los costos de reparación.
En las carreteras chilenas, especialmente en verano, el sobrecalentamiento es más común debido a las altas temperaturas. Es recomendable detener el vehículo de inmediato cuando el indicador de temperatura marque niveles peligrosos. En ese punto, la única opción segura es llamar a una grúa que traslade el auto a un taller donde se pueda realizar una revisión completa del sistema de enfriamiento.
Un fallo en el sistema de refrigeración, si no se trata a tiempo, puede llevar a que el motor se gripe, lo que prácticamente significa el fin de la vida útil del motor o una reparación extremadamente costosa.
3. Problemas en la transmisión
Los problemas en la transmisión son otra razón frecuente para pedir una grúa. La transmisión es la parte del vehículo que se encarga de transferir la potencia del motor a las ruedas, permitiendo que el auto avance y cambie de marchas de manera fluida. Cuando este sistema falla, el vehículo puede quedar completamente inmovilizado o perder su capacidad de cambiar de marchas adecuadamente.
Los signos comunes de un fallo en la transmisión incluyen dificultad para cambiar de marcha, ruidos extraños, deslizamiento de marchas y un rendimiento deficiente. Si experimentas alguno de estos síntomas, lo más prudente es detener el vehículo y llamar a una grúa. Continuar conduciendo con un problema de transmisión puede resultar en daños más serios, como la ruptura de la caja de cambios.
Las reparaciones de transmisión son notoriamente costosas, por lo que es crucial detectar el problema temprano. Una grúa te permitirá trasladar el auto a un taller especializado donde se pueda hacer una evaluación completa.
En Chile, los terrenos montañosos y las constantes subidas y bajadas en caminos rurales pueden someter la transmisión a un esfuerzo extra, aumentando el riesgo de fallas si no se realiza un mantenimiento preventivo adecuado.
4. Fallo en el sistema de frenos
Los fallos en el sistema de frenos son de las averías más peligrosas que un conductor puede enfrentar. Si notas que los frenos se sienten suaves, hacen ruidos extraños o requieren más presión de lo habitual para detener el vehículo, es fundamental actuar de inmediato. Continuar conduciendo con frenos defectuosos no solo pone en riesgo tu vida, sino también la de los demás usuarios de la vía.
Entre los problemas más comunes están el desgaste excesivo de las pastillas de freno, fugas en el líquido de frenos o problemas con el cilindro maestro. Si el pedal del freno se siente esponjoso o el auto tarda en detenerse, es posible que el sistema tenga una fuga de líquido, lo que reduce su capacidad de funcionar correctamente.
Un fallo en los frenos no puede ser solucionado en la carretera, y en estos casos, la única opción segura es pedir una grúa para llevar el auto a un taller lo antes posible. Es crucial no intentar llegar al taller por tus propios medios, ya que un fallo total de los frenos podría provocar un accidente grave.
En el caso de vehículos pesados, como camiones y buses que circulan por las rutas chilenas, el fallo en los frenos puede ser catastrófico, especialmente en descensos prolongados donde los frenos son esenciales para controlar la velocidad.
5. Reventón de neumático o problemas en las ruedas
Un reventón de neumático es una de las causas más comunes para quedarse varado en la carretera, y en muchos casos requiere una grúa para trasladar el auto. Si bien algunos conductores pueden cambiar una rueda por sí mismos, esto no siempre es una opción viable, especialmente si te encuentras en una autopista de alta velocidad o en una zona peligrosa.
Un reventón puede deberse a desgaste excesivo, objetos punzantes en la carretera o una presión de aire inadecuada en los neumáticos. Además, si el reventón ocurre mientras conduces a alta velocidad, el daño a la rueda o la suspensión puede ser significativo, lo que hace que sea inseguro continuar conduciendo, incluso después de cambiar el neumático.
Si experimentas un reventón, lo primero que debes hacer es reducir la velocidad gradualmente y buscar un lugar seguro para detenerte. Si no tienes un lugar seguro donde cambiar el neumático o si la rueda ha sufrido un daño significativo, lo mejor es llamar a una grúa para evitar empeorar la situación.
Además, algunos vehículos modernos vienen con sistemas de advertencia de presión de neumáticos. Si este sistema indica que hay una caída brusca de presión, es una señal clara de que debes detenerte y evaluar la situación antes de que ocurra un reventón.
Por otro lado, los caminos rurales chilenos, con superficies irregulares o llenas de piedras, son escenarios comunes para sufrir daños en los neumáticos o llantas, lo que muchas veces lleva a la necesidad de una grúa.